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lunes, 25 de mayo de 2009
Por fin vuelve y surge una pequeña historia de amor.
Me quedé perpleja. Cerré los ojos por un momento para reflexionar en todo lo que me había sucedido. Vi su figura marcharse rápidamente y sentí alegría pero también un poco de miedo. Nunca antes me había dado un beso nungún chico. En fin, yo también me fui corriendo para casa. Cuando llegué, mis padres me estaban comentando todo el rato que por qué había llegado tan tarde, que dónde había estado, etc. No contesté nada. Me callé, fui a mi habitación y me puse a escuchar musica y a bailar. Tenía que descargarme. Pero en un momento se me apagó la música y sentí una pequeña vibración. Era el móvil, me había llegado un mensaje y adivinad de quién era. Exactamente, mi amigo. Esta vez me ponía que ya había regresado a casa y que tenía que hablar conmigo en el parque de abajo. Fui y no me importó nada lo que me tenían que decir mis padres. Un poco más de tiempo sin ellos no me haría mal; total, nunca estaban en casa. Ya me encontraba en el parque y, al contrario de la otra vez él ya me estaba esperando en los columpios. Me acerqué por detrás y dejé arrastrar mi dedo índice por su cuello y le hizo consquillas. Se rió. En realidad no se qué me pasó pero le volví a besar y le abracé fuertísimo, con todas mis fuerzas. Me devolvió el abrazo y nos quedamos así un rato. Luego me habló de todo lo que le había sucedido. Lo comprendo perfectamente, estaba bajo mucha presión. A partir de ahora ya tiene un buen apoyo.
Al final, hablando y hablando quedamos en ser más que amigos. Me acompañó a casa y nos despedimos cariñosamente. Esa noche soñé con los angelitos.
Al final, hablando y hablando quedamos en ser más que amigos. Me acompañó a casa y nos despedimos cariñosamente. Esa noche soñé con los angelitos.
lunes, 4 de mayo de 2009
Desaparecido
Chicos, hoy, al contrario del otro día, estoy enfadada, disgustada, etc. Me acabo de enterar de una cosa. Mi gran amigo Daniel se escapó de casa. Por lo que me dijeron, tuvo una bronca muy fuerte con sus padres. Parece ser, que le pillaron firmando un documento de la academia. Tenían que darle permiso sus padres para una especie de escursión educativa, más o menos como en el instituto. Le cayó a la chepa una buena bronca. Aún por encima, sus padres ya no confían en el. Vale, por una parte lo veo normal, pero por otra, no. Son muy duros con Dani. Ya para que se quedara con el perro costó, pero desde que tuvieron el accidente hace dos años, ya no se les ve el pelo por el bar, ni por la iglesia, ... Pues a lo que íbamos, se escapó y ahora no sabemos donde está. Lleva 20 horas desaparecido. Pero hay una cosa que no sabe nadie. Me mandó un mensaje hace diez minutos. Me puso que le llevara un poco de comida y una carta que había bajo su cama al Puente del Norte a las 7:30 de la tarde. Me dió un poco de miedo, la verdad. Yo nunca había ido sola al Puente del Norte. Había un río muy caudaloso y muy grande. Siempre hacía remolinos bajo el puente.
Llegaron las siete y media y yo estaba en la entrada del puente. Para ir tuve que darle a mi madre una excusa de que iría a comprar una cartulina para un trabajo que nos mandaran en la academia. También tuve que decirle una excusa a la madre de Dani para entrar. Sudé los mis calores.
Yo ya estaba presente pero él no aparecía por ninguna parte. Al final vi a un chico de cazadora negra apoyado en la varanda del puente. Al instante supe que se trataba de mi amigo. Se lo dí y le intenté convencer de que volviera. Sólo me contestó una cosa. Se refugiaría en la casa rural mientras tanto. Relexionaría y lo más probable es que volvería. No me pareció la idea más conveniente pero lo importante era que volviera sano y salvo.
Me besó y se fue corriendo. ¡Qué dulce!
Llegaron las siete y media y yo estaba en la entrada del puente. Para ir tuve que darle a mi madre una excusa de que iría a comprar una cartulina para un trabajo que nos mandaran en la academia. También tuve que decirle una excusa a la madre de Dani para entrar. Sudé los mis calores.
Yo ya estaba presente pero él no aparecía por ninguna parte. Al final vi a un chico de cazadora negra apoyado en la varanda del puente. Al instante supe que se trataba de mi amigo. Se lo dí y le intenté convencer de que volviera. Sólo me contestó una cosa. Se refugiaría en la casa rural mientras tanto. Relexionaría y lo más probable es que volvería. No me pareció la idea más conveniente pero lo importante era que volviera sano y salvo.
Me besó y se fue corriendo. ¡Qué dulce!
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