Me quedé perpleja. Cerré los ojos por un momento para reflexionar en todo lo que me había sucedido. Vi su figura marcharse rápidamente y sentí alegría pero también un poco de miedo. Nunca antes me había dado un beso nungún chico. En fin, yo también me fui corriendo para casa. Cuando llegué, mis padres me estaban comentando todo el rato que por qué había llegado tan tarde, que dónde había estado, etc. No contesté nada. Me callé, fui a mi habitación y me puse a escuchar musica y a bailar. Tenía que descargarme. Pero en un momento se me apagó la música y sentí una pequeña vibración. Era el móvil, me había llegado un mensaje y adivinad de quién era. Exactamente, mi amigo. Esta vez me ponía que ya había regresado a casa y que tenía que hablar conmigo en el parque de abajo. Fui y no me importó nada lo que me tenían que decir mis padres. Un poco más de tiempo sin ellos no me haría mal; total, nunca estaban en casa. Ya me encontraba en el parque y, al contrario de la otra vez él ya me estaba esperando en los columpios. Me acerqué por detrás y dejé arrastrar mi dedo índice por su cuello y le hizo consquillas. Se rió. En realidad no se qué me pasó pero le volví a besar y le abracé fuertísimo, con todas mis fuerzas. Me devolvió el abrazo y nos quedamos así un rato. Luego me habló de todo lo que le había sucedido. Lo comprendo perfectamente, estaba bajo mucha presión. A partir de ahora ya tiene un buen apoyo.
Al final, hablando y hablando quedamos en ser más que amigos. Me acompañó a casa y nos despedimos cariñosamente. Esa noche soñé con los angelitos.
lunes, 25 de mayo de 2009
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