lunes, 2 de marzo de 2009

Al final me dejaron

Tras unos días de movida, mis padres me dejaron quedarme con el perro. Tuve que insistir mucho y llorarles mucho para que me lo dejaran; aún así con una condición, que cuando apareciera su dueño se lo devolvería sin rechistar. Las siguientes normas fueron estas:

_Leo no podrá entrar en casa, y si entra, habrá que llevarlo en brazos.
_Yo seré la encargada de mantenerlo: darle de comer, beber, llevarlo al veterinario, darle un paseo,…
_En cuanto tuviéramos algún tipo de problema con algún vecino o con alguien, lo llevaríamos a una perrera.

Estos eran los mandamientos que por nada del mundo se incumplirían.

No estuve de acuerdo en todas las condiciones, pero mejor eso que sin Leo. Cuando me dieron su aprobación salté de alegría, fui a buscar al perro a casa de Daniel. Le agradecí todo lo que había hecho y me respondió con una sonrisa. Yo también le regalé una sonrisa y nos despedimos.

Ya era por la noche, y después de estudiar tecnología, me fui para cama. Estaba cansadísima porque yo después de entrenar como que no estoy para romperme mucho la cabeza. Me metí en cama y estuve allí como una reina cuando empecé a soñar con una cosa muy rara. Soñé que yo iba a otro instituto y estábamos de excursión. En realidad yo conocía a toda la gente y nos podíamos mover de un lado para otro del autobús sin ningún problema, pero aquí es cuando una chica me empieza a hablar de su vida y de un chico guapo que nos quería conocer. Pero me desperté. Sólo puede ver la cara de ese chico una vez y … me desperté sudando.

Bueno ahora ya sabéis en que cosas se me ocurre soñar a mí. Os seguiré informando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario